Imprimeix

EL ONANISMO

Publicat el per

EL ONANISMO

EL ONANISMO

Como ya va siendo costumbre, aquí os acerco una coplilla de Samaniego.


Ya sabéis que no hay que olvidar a los clásicos

Un masaje mas de Redes Deportivas On Line, tu tienda de artículos deportivos

gato riendo
Un zagalón del campo,
de estos de “Acá me zampo”,
con un fraile panzón se confesaba,
que anteojos gastaba
porque, según decía,
de cortedad de vista parecía.
Llegó el zagal al sexto mandamiento,
donde tropieza todo entendimiento,
y dijo: -Padre, yo a mujer ninguna
jamás puse a parir, pues mi fortuna
hace que me divierta solamente,
cuando es un caso urgente,
con lo que me colgó Naturaleza,
y lo sé manejar con gran destreza.
-¿Con que contigo mismo
-dice el fraile, enojado-,
en un lance apretado
te diviertes usando el onanismo?
-No, padre –el zagal clama-;
no creo que es así como se llama
mi diversión, sino la... –Calla, hombre
-dice el fraile-; yo sé muy bien el nombre
que dan a esa vil treta,
infame consonante de retreta.
¿Tú no sabes que fue vicio tan feo
invención detestable de un hebreo,
y que tú, por tenerla, estás maldito;
del Espíritu Santo estás proscrito;
estás predestinado
para ser condenado;
estás ardiendo ya en la fiera llama
del Infierno, y...? -¡No más! –el mozo exclama,
queriendo disculparse-.
Esta maña no debe graduarse
en mí de culpa, padre. Yo lo hacía
porque veo muy poco, y me decía
el barbero mi primo se aclaraba
la vista el que retreta se tocaba.
Aquí con mayor ira
el fraile replica: -¡Eso es mentira!
Pues si fueran verdad juicios tan varios,
las pulgas viera yo en los campanarios.